lunes, 18 de octubre de 2010

Cecilia

Cecilia, va y viene en mi mente
con vicios caros y rostros diferentes...
... pero nunca es igual,
no, nunca es igual.
¿Cómo vas y cómo irán los años
de esta historia que todavía está en blanco?
A veces, ¿no sentís... que algo se te va a partir?
¿Cómo se ve el mundo después de tu viejo,
todavía te queda en pie algún sueño?
Y no sé... qué vas a hacer...
... son nueve años después
-es demasiado-.
Yo quería ser actor y estar con vos...
... No te preocupés.

Cecilia, me debe su inociencia
y yo le debo un par de notas y regalos.
Y, ¿ves?, que ya no es igual.
Si me dejaste en el ojo de la tormenta
que iba a lavar el barro que había en tus venas.
Dejar todo... lo que eras...
... no tiene precio.
Y alguien te sopló que no te merezco, cuando
estabas en edad de merecerlo.

Cecilia enamoró a la dicha, dicen sus ojos...
... y la muerte le regaló su sonrisa.
Pero no entiende, el escenario de la vida:
-es más dura la caída, Cecilia-.
Y, ¿no lo ves?, nunca vas a poder... dejar de ser...
... Cecilia.

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