Las estrellas se sienten más cerca hoy… si… eso es bueno. La luna, poco a poco, comienza a hacer sentir su presencia. Va haciendo suyo el cielo. Está siempre ahí. Imperturbable. Observando con su ojo acuoso y gris. Las habitaciones de las casas de la aldea destellan todavía y arrojan su luz a esta noche ridícula, fantástica. Sin embargo, todo está calmo y silencioso. La gente dejó las velas encendidas hoy para tratar de lograr un sueño más sosegado y sereno. No le gustan los rumores que trae esta oscuridad. Hace mucho que no llueve. Ya nadie recuerda cuándo fue la última vez. Los árboles están desnudos, desahuciados. Sus ramas se estiran con una profunda tristeza hacia el cielo como en una plegaria. La naturaleza es sabia dicen. Siempre que no se meta con uno. De ser así, entonces está loca. Eso es… ¿bueno? Es una noche tranquila. Se puede escuchar el antiguo lamento de las montañas, el murmullo de la brisa de mar detrás de ellas. Es un sonido hipnótico, anodino. Tal vez a otros los ponga nerviosos. Ya estoy tendido en la cama. Dejé las velas encendidas. Pareciera como que todos sabemos que algo está por pasar, pero todos debemos guardar el secreto. Tratamos de sentirnos preparados. Imposible. Algunos, quizá, todavía recen y hagan ofrendas a su dios salvaje y rencoroso. Todos los dioses son iguales. Las estrellas se sienten más cerca hoy… si… en esta noche estrellada… ¿eso es bueno?
Taller Literario Luna Roja. El cuadro pertenece a Vincent Van Gogh.
Taller Literario Luna Roja. El cuadro pertenece a Vincent Van Gogh.
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