martes, 12 de octubre de 2010

Una niña perdida (... y mis entrañas temblando)

I. Está perdida, señorita
      y no le asusta.
¿Seguirá su cuerpo, atrapado
      en la mente de una niña,
aún si encuentra lo que busca?

II. Aún si estas aguas te abrazaran
      y sus olas, más te elevaran.
Saber no podría; tu cuerpo, ya en la cima.
      Mar adentro,
      sólo traga.
Aún si despertaras con el sol en tu frente
y nunca más, las estrellas altivas
      coronaran tu miseria.
Saber debería; tu alma, vana y hambrienta…
… no habrá nada tan oscuro
      como el resto de tus días.
Aún si pudieras quemar despacio tu esencia
sin ansia y sin pasiones
      y los pétalos de tus días nunca tocaran la tierra.
No podría yo tocarte,
     no estarías conmigo…
… no estarías perdida.
Aún si clamara desesperada tu nombre
alguna bestia desfallecida,
     abandonada a tus pies.
Saber no podría; tu corazón, lánguido y torpe
      que no quieres su abrigo,
      tan sólo su piel.

III. Aún si escucharas mis vísceras temblando
cuando estás ausente o hay duda en tus ojos,
      no comprenderías el significado de haberte encontrado
perdida en mi suerte,
      abandonada a mi nombre.

IV. Está perdida, señorita
      y ahora le asusta.
¿Se dará cuenta por sí misma
      que su verdadera grima,
está en encontrar lo que cree que busca?

V. Te das cuenta, los poetas viven prendidos
a un mundo imaginario
      haciendo la obsesión de un capricho.
Sabés, los filósofos son nada más que hombres desesperados
      que no saben de fe más que la que ellos han escrito.
Notarás que los hombres pasan casi toda su vida
encerrados en una cárcel
      por ellos mismos construida.
Sabés, mujer, aún sos un misterio porque
      de otro modo, no nos interesarías.

VI. Estoy perdido, señorita… y es claro
      me asusta.
¿Seguirá mi mente atrapada
      en tu cuerpo, niña?
Aún si mi sed no cede con
      todo aquello que busca.

A un millón de años luz de acá

Quisiera llevarte en un barco,
que flota entre la niebla y mis propios delirios por el espacio,
a un millón de años luz de acá.
Un barco enorme, gigante, para nosotros dos,
con unas alas de metal,
una cúpula transparente de plástico,
y muchas velas, farolas y arbolitos de todos los colores,
iluminando toda la inmensa oscuridad que atravesamos.
Por alguna especie de romanticismo;
para crear la ilusión de que nunca nos fuimos...
… pero sabiendo que ya nunca vamos a volver.
Quiero llevarte a un millón de años luz de acá.
A un lugar majestuoso, único, silencioso.
Vamos a ser los primeros y los últimos seres que pisen su suelo.
Y, al llegar, te voy a pedir que te quedes conmigo;
claro, vos no vas a tener otra opción.
      “Y, ¿qué vamos a comer?”, me preguntás.
“Tal vez haya algunos vegetales o pasto 
      o plantas carnívoras en ese lugar,
algún que otro bicho… no sé... podríamos ser caníbales también”.
Entonces no seríamos los primeros en pisar ese suelo, me decís
      nada más que para arruinar esta fantasía que intento hacerte ver.
“Pero ellos ya nacieron ahí, es diferente…”, agrego
      sin dudar en el sentido de lo que dije,
      “… además, ¿vos llamarías mentiroso a un caníbal?”
No es gracioso.
No tengo hambre tampoco.
Quiero estar solo… en tu cama,
mirándote dormir.
“Extrañaría el olor a lluvia”, decís.
“Te lo podés llevar con vos,
      te va a seguir a donde sea que vayas.
Todo va a oler a lo que vos quieras”.
No me creés.
No importa. Yo no creo en los olores.
Lo único que quiero ahora es volverme una
gota de agua
cayendo desde el cielo,
aterrizando sobre tu cuerpo,
rodando lentamente;
acechándote; buscando un hueco, un camino
hasta lo más profundo de tu ser…
… que me transpires,
caer al piso con pereza, insensible,
evaporarme
y tocarte de nuevo.
Todo lo que quiero en este instante que remontamos en tu auto
es que no saques las manos del volante
y sigas deslizándolas con ese ritmo sensual,
con esa paz con la que ponés todo bajo tu control.
Yo no intento hablarte siquiera…
… te miro en silencio,
le ruego a tu alma callado que nunca pises el freno.
Miro alrededor. No sé dónde estamos…
… o de dónde salió todo este lugar; todas las casas, todo el barrio…
… todo tan parecido a todo lo que creemos conocer,
las ventanas, los jardines, las calles, las rejas.
“Mejor vamos a mi casa”, te digo.
“¿Podés señalarme con seguridad, sin dudarlo,
sin que te tiemblen las manos o el cuerpo,
el punto exacto donde realmente queda eso?”, me respondés.
¡Ja! Es cierto.

domingo, 10 de octubre de 2010

Uno

Todo está mejorando, o ¿te sentís igual?
Sería más fácil para vos ahora...
... tenés alguien a quien culpar. Dijiste...
... Un amor, una vida,
cuando la necesidad es una en la noche.
Un amor, que logramos compartirlo,
te deja si no te preocupás por él.

¿Acaso te decepcioné?
¿Dejé un mal sabor en tu boca?
Actuás como si no supieras lo que es el amor
y ahora querés dejarme sin éste.
Y bien es muy tarde esta noche
para arrastrar el pasado hacia la luz.
Somos uno, pero no somos iguales.
Logramos acompañarnos el uno al otro,
acompañarnos el uno al otro.

¿Viniste a pedir que te perdone?
¿Viniste a desenterrar a los muertos?
¿Viniste a jugar a ser Jesús...
... con los leprosos que hay en tu cabeza?

¿Te pedí demasiado? ¡Mucho más que eso!
Me diste nada y ahora... es todo lo que tengo.
Somos uno, pero no somos iguales.
Logramos herirnos el uno al otro y lo hemos
hecho de vuelta.

Dijiste que el amor era un templo,
el amor es una ley suprema.
Quisiste que entrara para ahora querés que me arrastre.
Y no puedo estar esperando, cuando todo
lo que tenés para dar son heridas...
... Un amor, una sangre, una vida.
Debés hacer lo que debas.
Una vida, el uno con el otro. Hermanas, hermanos.
Una vida, pero no somos iguales.
Logramos acompañarnos el uno al otro.
Acompañarnos el uno al otro.
Uno.

Karma Instantáneo

John Lennon (1940-1980)


El karma instantáneo va a alcanzarte;
un golpe directo a la cabeza.
Sería mejor que te dominaras...
... pronto vas a estar muerto.
¿En qué carajo estás pensando?,
al reírtele en la cara al amor.
¿Qué es entonces lo que vas a hacer?
Depende de vos... sólo vos.

El karma instantáneo va a alcanzarte;
una mirada directa a los ojos.
Sería mejor que te dominaras, querida...
... y te unas a la raza humana.
¿Cómo carajo vas a poder verlo?
Si te reís de tontos como yo.
¿Quién carajo te creés que sos?
¿Una super estrella?
Y si así fuera, ¿qué?

Porque todos nosotros brillamos,
como la luna, las estrellas y el sol.
Todos brillamos,
todos y cada uno.

El karma instantáneo va a alcanzarte;
un derrumbe directo a tus pies.
Sería mejor que reconozcas a tus hermanos...
... a cada uno que te encuentres.
¿Por qué carajo estamos acá?
Seguramente no para vivir sufriendo y aterrorizados.
¿Cómo es que estabas ahí?
Si estás en todos lados... vení
a buscar lo que es tuyo.

Porque todos nosotros brillamos,
como la luna, las estrellas y el sol.
Todos brillamos,
todos y cada uno.

La familia, la propiedad privada y el amor

Excelente canción del compositor cubano, Silvio Rodriguez. 
La poesía habla por sí misma.

El derrumbe de un sueño,
algo ha hallado pasando... resultabas ser tú.
Una esponja sin dueño,
un silbido buscando... resultaba ser yo.

Cuando se hallan dos balas
sobre un campo de guerra,
algo debe ocurrir ...
... que prediga el amor, de cabeza hacia el suelo
una nube vendrá o estampidas de tiempo,
los ojos tendrán.

Fue preciso algo siempre y no fue porque
tú tenías lazos blancos en la piel.
Tú, tenías precio puesto desde ayer.
Tú, valías cuatro cuños de la ley.
Tú sentada sobre el miedo,
sentada sobre el miedo de correr.

Una buena muchacha de casa decente no puede salir.
¿Que diría la gente el domingo en la misa...
... si saben de tí?, ¿qué dirían los amigos,
los viejos vecinos que vienen aquí?
¿Qué dirían las ventanas, tu madre y su hermana
y todos los siglos de colonialismo español
que no en balde te han hecho cobarde?,
¿qué diría Dios, si amas sin la Iglesia y sin la ley?
Dios, a quien ya te entregaste en comunión.
Dios, que hace eternas las almas de los niños
que destrozarán las bombas y el napalm.

El derrumbe de un sueño
algo ha hallado pasando... resultaba ser tú.
Una esponja sin dueño
un silbido buscando... resultabas ser yo.

Busca amor con anillos y papeles firmados
y cuando dejes de amar...
... ten presentes los hijos,
no dejes tu esposo ni una buena casa
y si no se resisten, serruchen los bienes que
tienes derecho también, porque tú...
... tenías lazos blancos en la piel.
Tú, tenías precio puesto desde ayer.
Tú, valías cuatro cuños de la ley.
Tú, sentada sobre el miedo de correr.

Angie

Esta es una preciosa letra de una preciosa canción de The Rolling Stones.
¡Por demás recomendable para el oído!

Angie, Angie... ¿cuándo desaparecerán todas esas nubes?
Angie, Angie... ¿a dónde nos dejará todo esto?
Sin amor en nuestras almas
o dinero en nuestros bolsillos...
... no podés decir que la pasamos bien,
pero Angie, Angie... no podés decir que no lo intentamos.

Angie, sos hermosa... pero, ¿no es hora de despedirnos?
Angie, todavía te amo.
Acordate de esas noches en que lloramos.
Todos los sueños que tuvimos tan cerca,
todos parecen haberse esfumado.
Dejame suspirar a tu oído:
Angie, Angie... ¿a dónde nos dejará todo esto?

Angie, no llores así...
... todos tus besos siguen siendo tiernos.
Detesto esa tristeza en tus ojos,
pero Angie, Angie... ¿no es hora de despedirnos?

Sin amor en nuestras almas
o dinero en nuestros bolsillos...
... no podés decir que la pasamos bien,
pero Angie... todavía te amo querida,
adonde sea que miro, veo tus ojos.
No existe mujer que apenas se te parezca.
Dale, nena, secá tus ojos...
pero Angie, Angie... por lo menos estamos vivos.
Angie, Angie... que nadie diga que no lo intentamos.