Ahora que Alicia ha caído de este sueño
y ambos pudimos advertir todo
desvanecerse en este mismo y preciso instante.
Vi, a lo lejos, batiéndose a duelo, por sus azules ojos,
a un león, un unicornio y un caballero.
Todos perdieron
y eso pareció decepcionarle.
Y hoy se siente traicionada
para su propia conveniencia, claro…
… si un día sabe quererme
y al otro odiarme
con las mismas ganas…
… a ciegas.
Alicia piensa que este mundo
vive y respira dentro de ella.
Pero se vuelve en su contra en cuanto sus ojos
se abren o cierran. Verás…
… todas las rosas de tu jardín,
siempre que vuelvas tu mirada, estarán de negro.
Es realmente penoso
ver lo que te aqueja este capricho
que no es más que la ley de tu
más oscuro deseo.
Y ¡qué importa!, querida,
si estás loca.
Tal vez esto me encanta.
Pero no le quedan trucos a mi corazón o a mi sombrero
y no estoy de humor
para adivinanzas.
No quiero verte hoy
mientras que vos sólo prometés ayer o mañana.
Y me enseñas las cicatrices que surcan tu alma, mucho antes
que algo pueda tocarla.
Entonces,
cuando haya abandonado
el dolor tu piel,
estarás preparada para lo que debió suceder.
Y aún así te tomás todas las libertades
Y omitís todas las señales,
sólo para ir hacia lo que desea tu boca…
… Porque no se puede llorar
mientras estás haciendo otras cosas.
Alicia dice que
sabe bien divertirse sola,
aunque siempre esté buscando alguien con quien jugar.
Y no se da cuenta
que no es más que una niñita,
aburrida y tonta,
pero ¿quién soy yo?, para señalar
de todas formas… Deberías,
¿sabés?,
aprender a leerme
como si estuvieras mirando un espejo.
Incluso así no podrías
entender mis pensamientos.
Ella trata de decirme
que no es su culpa, si no que es mía… o, en todo caso,
simplemente fueron algunas muchas
desafortunadas confusiones
que han aparecido de repente en este bosque
donde todo y nada quieto permanece
pero el hecho es que simplemente
ella ha olvidado mi nombre…
… y cree que soy un cordero
perdido en su mundo.
Y en vano intenta darme otro nuevo nombre
si no recuerda ni el suyo.
Alicia quiere separarse
y yo ya no sé cuánto más podemos
el uno sobre el otro
caer abiertos.
Será cuestión de encontrar
algún otro lugar
donde se detenga el tiempo…
… si hemos
tenido mucho,
o simplemente lo que pudimos;
creo que ambos tuvimos más de lo que nunca nos hizo falta.
Yo siempre tuve lo mejor de mi para darle,
y ella tuvo demasiados hombres
que pensaron que no tenían nada.
Entonces, has guardado ya
todos tus adornos,
ese hermoso vestido blanco,
pero no hay razón para no quedarme a las celebraciones
-o angustia que lo amerite-,
si es que eso acaso te importara.
Sabés bien,
una niña no habla
si es que nadie le ha preguntado nada.
¡Un banquete en el castillo!
Para la reina sola, que no quiere
estar más sola… si todo sale según su plan.
Otra de las tantas promesas que
está dispuesta a olvidar.
Alicia quiere separarse
y yo ya no sé qué es lo que de verdad quiero.
Puedo todavía regalarle un beso,
todos mis incondicionales
y, si la hace feliz, mi sombrero.
“Tal vez tengamos más suerte –me dice–
en otra vida,
en otro mundo”…
… en otro sueño.
Nos deseo suerte entonces
y tal vez me haya vuelto loco yo también
pero sólo puedo creer en lo que
con mis manos veo.
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