Hay un océano de sal
con una calma tierna y oscura
que se esconde detrás
de sus ojos.
Y mientras sus dedos hacen las olas
que desenredan su pelo,
tal vez este sol de agosto…
… nos de su fuego.
Y deberías ver la forma,
la pasión con la que enciende
e ilumina a su paso todo
lo que toca.
Mientras sus labios me suspiran
el secreto de su risa,
tal vez esta tormenta…
… traiga una brisa.
Mujer,
¿sentís el movimiento?
Mujer, mujer…
… estamos volando alto.
¿Sentís mi corazón?
A estas alturas… ya no hay suelo.
Algunos dicen que tengo
algo que inspira paz,
pero no saben que estoy hecho de fuego y cenizas.
Algunas cosas vendrán
y otras no volverán.
El tiempo nos va a cambiar… en tantos aspectos.
Y si nunca me abandonás,
yo te prometo esa paz
que hoy tantos dicen que les debo.
Mujer,
a estas alturas... ya no hay cielo.
Mujer, mujer...
a estas alturas... ya no hay cielo.
Mujer, mujer...
... ¿sentís el movimiento?